Aposentos de Haru Minase

Sin ningún tipo de aviso, una preciosa mujer entró l despacho del Capitán de la Quinta División; se trataba de Odeth Bathory, la Capitana del Doceavo escuadrón, y la lider de los científicos en la sociedad de almas: Así le gustaba que la llamasen.

A pesar del modo de entraa tan brusco, la joven caminaba con elegancia y cuidado. Sus pasos no se escuchaban. Iba con la intención de hablar con el otro capitán, pero miró los estantes repletos de libros y no contuvo sus ganas de mirarlos.

-Oh, tiene pocos... -Comentó sin notarlo al misrarlos, con ojos curiosos. -Ya los leí todos... -Continuó; aquello que decía era para si misma, pero no notaba el tono de voz que mantenía.

En la tranquilidad del pasillo, detrás de la silla del gran escritorio de madera, una pequeña escalera comenzó a descender, sutilmente y con gracia, hasta apoyarse en el suelo, permitiendo que, un instante después, una figura alta y relajada comenzara a descender a paso lenta por ella.

Finalmente, pudo distinguirse completamente en el despacho la figura del Capitán del Quinto Escuadrón, quien llevaba sus largos cabellos mechados sueltos, mientras una mano descanzaba detrás de su cintura, y la otra sostenía un gran libro de tapas negras, con un sutil bordado plateado y unas extrañas inscripciones en la tapa de un color celeste.

Sus ojos reposaban en el amplio libro, recorriendo sus lineas con calma, mientras Haru recorría lentamente escalón por escalón hasta tocar finalmente el suelo. Tan metido estaba en su lectura que no se permitió detectar la presencia de la Capitana en el despacho, por lo que al levantar su vista hacia la puerta y verle, su mano se contrajo, cerrando rápidamente el libro en acto reflejo, mientras la sorpresa de Haru se mostraba en sus ojos al observar a la hermosa Capitana.

Vaya... disculpe que no le había visto señorita Bathory-Dijo rápidamente colocando el libro boca abajo sobre el escritorio, de modo de que no se viera la tapa, para luego acomodar su silla, aún sin sentarse.-Toma asiento Odeth...-Agregó dejando las formalidades del primer comentario-¿Qué es lo que te trae por aquí?-preguntó finalmente buscando despersar aquella duda.

Desde que comenzó a escuchar los pasos de Haru, la joven había desviado su mirada hacia él: el capitán de larga cabellera. Odeth caminó hasta el escritorio de una forma bastante agraciada y sutil, manteniendo una pícara sonrisa en el rostro. Miró la silla que estaba frente al ella y sonrió de forma aún más amplia para luego sentarse en el escritorio.

-Vine a visitar a mi Capitán favorito, ¿No puedo? -Preguntó, cruzando las piernas y mirándolo directamente a los ojos. Su semblante había cambiado a uno de falsa inocencia, observándolo con ojos de cachorrito regañado. -Si lo que quieres es que no te visite... puedo entenderlo. -Dijo, deslizando el dedo índice por la tapa del libro que reposaba en la mesa. Debía admitir que moría de curiosidad por saber el nombre.

Haru levantó una ceja al escuchar sus palabras, aunque mostrando una pequeña sonrisa, sonrisa que se amplió levemente al escuchar el resto de sus palabras.

Nunca te eh dicho eso..., sabes que me agradan tus visitas-Dijo en tono calmado, con aquella pequeña sonrisa amable y con el que pocas personas podían oirle-así como...-Agregó tomando la mano de Odeth que recorría la tapa del libro, colocándosela sutilmente sobre la mesa-también sabes que soy celoso de mis cosas...-Concluyó sin dejar de observarle para luego desperesarse estirando sus brazos, puesto que venía de una pequeña siesta.

Debo admitir que las cosas han estado un poco aburridas últimamente-susurró con la vista perdida en el techo, sin darse cuenta que había hechado un poco su silla hacia atrás al desperesarse, volviendo entonces a incorporarse y mirar a la Capitana, sin duda, Odeth podía ser de quienes le visitaran porque sí, pero el Capitán aún así no podía evitar observar cada una de su reacciones en busca de algún motivo en particular, razón por la cual también prefería mantenerle al margen en sus cosas, con la Capitana del 12º nunca se sabía.

-Haru, Haru, Haru... -Pronunció con voz dulce y negando con la cabeza, como si éste hubiese dicho o hecho algo malo. -¿Por qué nunca me prestas tus libros? ¿Por qué nunca me hablas de los que lees? -Preguntó, aun con la mirada de inocencia falsa; era muy buena aparentando. -Mh... bueno, sí vine por otra razón. -Admitió. -No puedo ocultártelo, eres el que más me agrada de por aquí. -Aseguró, y no mentía, el Capitán realmente le agradaba. A pesar de no compartir demasiado con él sentía que se parecían bastante, ambos se analizaban mutuamente con la mirada, ambos intentaban descifrar los pensamientos e intenciones del otro, cosa que no siempre se lograba.

-Quiero quitarle a todos los capitanes unas pequeñísimas muestras de ADN. -Comentó en voz baja, como si se tratase de un secreto, mientras que, con los dedos, hacía una diminuta presentación de lo que necesitaba, aunque siempre las "pequeñísimas muestras" que pedía, nunca lo eran tanto. -Pero... espero que tú, mi querido Haru, me las des por voluntad propia. -Admitió, dibujándosele se nuevo, en el rostro, una sonrisa repleta de picardía, la cual no deseaba disimular.

La mirada del Capitán permaneció fija en su compañera mientras esta hablaba, manteniendo la pequeña sonrisa pero ya casi por inercia, como si le diviertiese lo que escuchaba, pero a su vez supiera que había algo más tras esas palabras.

Porque te conozco mi querida Odeth... exponerme demasiado a ti puede significarte una puerta tanto a mis pensamientos como a la predicción de mis acciones, ¿dónde quedaría el misterio y la sorpresa?-Musitó un poco más serio, con una sonrisa que se tornaba sarcástica, para luego escuchar el resto de sus palabras y comprobar finalmente aquella hipótesis de que sí había algo tras aquella visita inocente.

Y así era realmente, aquellos dos Capitanes se parecían mucho en ese aspecto, Haru podía utilizar cualquier información que tuviese sobre la persona para tratar de predecir sus pensamientos y acciones, pero en Odeth aquello se volvía aún más drástico, puesto que ella tenía los medios científicos para hacerlo.

La propuesta le pareció algo extraña realmente, ¿para qué querría muestras de ADN de los Capitanes?, sea por lo que fuere, no le parecía algo que aprobar, por lo que simplemente llevó una mano a su mentón, fingiendo que lo meditaba consigo mismo.

Veamos... darte una muestra de ADN, y no solo dejarte una puerta abierta a mis pensamientos, sino a mis aptitudes físicas y psicológicas, a mis índices de desarrollo y fortaleza, vamos... a mi material genético...-Susurró pensándoselo un poco más-Si claro...-Agregó finalmente en un tono sarcástico, para entonces abrir uno de los cajones de su escritorio, y sin prisa ni apuro, sacar dos guantes blancos con leves dibujos negros que comenzó a colocarse mientras observaba a la Capitana.

¿y qué piensas hacer exáctamente cuando las obtengas?-Dijo observándole y acomodándose los guantes, preparándose para cualquier truco o juego que Odeth tuviera planeado, como sabía que lo tenía.

La castaña, instintivamente, se llevó el dedo índice a los labios, mirando atentamente los ojos de Haru mientras éste hablaba. Mientras más barreras le pusiesen a la joven, más entretenido sería el trabajo. Sabía a la perfección que el Capitán sería incapaz de proporcionarle tan valiosa información con facilidad; sabía a la perfección que dar su material genético de esa forma, y a alguien como Odeth, era sobrexponerse demasiado. La capitana se puso de pie y caminó hasta ubicarse tras para así abrazarlo por el cuello.

-¿Tanto desconfías de ésta pobre científica que tienes que ocultar tus manos en unos sucios guantes? –Preguntó de forma pícara, mientras deslizaba su mano derecha hasta la de Haru, cubierta por la tela. –No te quitaré ninguna muestra, pequeñín, no por ahora. –Aseguró, llevando su otra mano hasta la preciosa cabellera del joven., acariciándola. –Es sólo para ver las debilites que tienes, las obvias y las ocultas, y así poder mejorarlos, es algo sencillo… no planeo nada del otro mundo… -Le susurró al oído de forma suave y cautivadora. -¿No cambiarás de opinión, Harucito?

Se mantuvo inmóvil mientras veía como la Capitana se paraba de su silla, rodeando el escritorio para colocarse detrás de Haru y abrazarlo por el cuello. Sus palabras eran dulces y cálidas, pero vacías, eso era algo que ya había aprendido a distinguir en su hábil compañera.
Sintió la mano de Odeth sobre la suya, así como la otra acariciando su cuello, y decidió no moverse, cortarle un cabello de esa forma era algo hasta demasiado simple para la astuta Capitana.

Cuando acabó de escuchar sus palabras y su explicación, sonrió ladeando su cabeza, con sus rostros tan solo a milimetros, clavando sus ojos en los suyos.
Lo siento... no-Susurró tan bajo como lo había hecho Odeth, levantando una mano en alto, para chasquear sus dedos, ante lo cual, la puerta en el techo de aquella escalera a su habitación que ya había vuelto a subir, fue recorrida por un tenue brillo celeste sellándose, luego de lo cual, apartando la mano de Odeth lentamente con dos dedos, Haru desapareció en un rápido shunpo, apareciendo cerca de la puerta del despacho al otro lado de las bibliotecas.

Las debilidades forman parte de nosotros, conocerlas y dominarlas nos hace más fuerte incluso, por mi parte prefiero seguir como estoy, Odeth...-Susurró finalmente en tono calmado con una pequeña sonrisa, esperando por la reacción de la Capitana, aunque no estaba del todo seguro de que desistiera tan fácilmente.

Odeth frunció el ceño y ladeó la cabeza, colocando una mano en su cadera. ¡Qué obstinado era el Capitán! Le daba demasiadas vueltas al asunto, se trataba de unas simples muestras de ADN; si tenía algo de razón con lo de que podría obtener demasiada información sobre todos, pero le caía mal no obtener lo que deseaba, y menos si lo intentaba sin emplear violencia o trucos sucios.

-¿Te das cuenta de que lo he pedido de buena forma? –Preguntó con voz sensual, y levantando su mano izquierda, mostrando uno de los largos cabellos del joven. –Ya tengo esto, me falta una muestra de saliva, y celulas muertas. –Enumeró, mirando el techo, repasando mentalmente lo que necesitaba para asegurarse de no olvidar ningún detalle importante. –Harucititito, no me hagas quitártelo por las malas… si no quieres que te cambie nada, sólo deja que te analice, y te informo que es lo que por tu propia cuenta, debes cambiar… -Insistió, también dando un shunpo para quedar parada frente a él; no sin antes guardar la diminuta muestra en uno de los tubos de ensayo que tenía bien guardados en su bata de laboratorio.

Escuchó las palabras de Odeth atentamente, tornándose su rostro serio al ver el cabello en su mano, al parecer si había recurrido a aquella simplesa, aún sabiendo la negativa del Capitán, lo cual haría que se ponga más serio de ahora en más.

Creo que lo he dejado en claro, mejoraré lo que tenga que mejorar por mi cuenta y así estoy bien-Susurró viendo como colocaba el cabello en un frasco, para luego adelantarse hasta él con un shunpo, quedando ambos mirándose fijamente-Mi opinión no cambiará, de ahí en más, está en tí seguir adelante con esto-Agregó con el mismo tono calmado y su mirada fija en los ojos color miel de Odeth, mostrándose relajado pero a la ves desafiante.

El cabello no le preocupaba demasiado, teniendo en cuenta el material genético que eso podría proporcionar, pero estaría más precavido en cuanto a muestras más valiosas.

Odeth volvió a ladear la cabeza, al tiempo que daba un paso hacia adelante, quedando peligrosamente cerca del capitán. Podía sentir su respiración cerca, tan calmada y tranquila que le hacían sentir aún más ganas de analizarlo, abrirlo, desarmarlo como si se tratara de una máquina… pero cuando llegaban esas ideas a su cabeza recordaba que él joven no era una máquina, no era un ser cualquiera, era mucho más valioso que eso. Las ganas de analizarlo no morían, pero las de abrirlo para verlo a fondo entraban en debate. La castaña suspiró, sacó el frasco de su bata, tomó la mano de Haru con delicadeza y se lo dio.

-Creí que cambiarías de opinión si veías tu cabello. No quiero tus muestras si no me las das tú. No te confíes, cielo, haré que cambies de opinión, no sé cómo, pero lo haré, ya verás… -Aseguró, sin alejarse ni un milímetro, mirando atentamente sus ojos, intentando descifrar lo que gritaba su mirada… -No existe algo que me proponga y no logre...

La capitana dio nuevamente un paso al frente y solo milimetros separaron a los dos shinigamis, pero ya no había una sonrisa en el rostro de Haru, su mirada se encontraba fija en los ojos de Odeth, sin tu tuviera, sin siquiera moverse un milímetro ante la cercanía de quien buscaba extraer muestras de él, manteniendo una calma y tranquilidad casi perturbadora, pero manteniendo cada parte de su cuerpo completamente alerta y dispuesta a realizar cualquier movimiento que hiciera necesario para detener algún posible intento de la Capitana del doceavo.

Sin embargo, la reacción fue diferente a la que esperaba, ante lo cual se quedó mirando a la Capitana con unos ojos ahora más curiosos, mientras tomaba el frasco y le dedicaba una pequeña mirada escuchando las palabras de la morocha.

Volvió su mirada a los ojos de la bella mujer y retomando la mirada inexpresiva dejo escapar una pequeña sonrisa.
Interesante... puedo decirte que estas en una taréa casi imposible, pero como a fin de cuentas me caes bien-Susurró levantando el frasco y poniéndolo a la vista de ambos-Este cabello quedará aquí...-Agregó dando a entender que no lo quemaría o lo tiraría, para luego soltarlo de entre sus dedos, dejando que el frasquito caiga en el bolsillo de su haori.

-Pero qué raro eres… -Comentó la joven, juntando sus manos y sonriendo, al parecer, de forma placentera. -¿Lo guardas porque piensas una buena forma para entregármelo? –Preguntó curiosa y divertida, sabía que esa no era la razón, pero desconocía el motivo por el cual no de había deshecho de la muestra. –De seguro no has pensado que, si en batalla te desmiembran, mis nanobots podrían crearte partes nuevas, idénticas e igual de funcionales, pero sin tu precioso ADN no puedo hacer mucho por ti… -Aseguró, dándole una suave palmadita en el pecho, como si estuviese dándole el pésame por un fallecido. –A ver… debe existir alguna forma de que me los des por tu cuenta… ¿Y si me das pistas? –Pidió, acariciándole la mejilla con el dedo índice.

Lo guardo porque así como eso te da información sobre mi, las formas en que trates de conseguirlos me dan a mi información sobre tí-Dijo sonriendo mientras le escuchaba, sus palabras no eran completamente claras, pero sin duda para él tenían todo el sentido que necesitaban.

Mantuvo la sonrisa irónica al escuchar su posterior comentario, sin verse afectado por las palmaditas-Si en batalla me desmiembran, cosa que no planeo que pase, ahí podrás tomar mi material genético sin que pueda hacer nada al respecto ¿no?, sería la forma en que podrías lograrlo-Agregó algo desafiante, para entonces sentir el dedo de la Capitana en su mejilla acariciándole, escuchando aquella última pregunta.

Haru no era alguien que se ruborizara o cediese ante los encantos de una hermosa mujer así como así, su mente era lo bastante fuerte como para mantenerse en su linea ante las más duras torturas mentales, esto no afectaría casi.
Ahora mismo no hay una forma mi querida Odeth... si llegara a haberla deberás descubrirla-Dijo llevando su mano a su mejilla y tomando en la suya la de Odeth, aquello del aire misterioso no era completamente algo suyo, pero le serviría para observar las reacciones de la Capitana.

Con la mano de Odeth en la suya, Haru la llevó hasta sus labios, para darle un pequeño beso en ella, sabía perfectamente lo que hacía y tenía un motivo, solo restaba ver las reacciones de la Capitana, luego de aquel beso Haru dejó su mano libre y llevó sus manos a los bolsillos esperando la reacción de la Capitana.

La joven capitana arqueó las cejas y se mantuvo en silencio durante unos segundos. La sonrisa pícara que mantenía se tornó en una totalmente irónica. Era tan raro que alguien le agradara tanto, pero Haru le caía demasiado bien como para creerlo, era muy peculiar… –No habrán demasiados métodos para que, por algo que haga, obtengas información sobre mi. –Aseguró. -¿Por qué no me preguntas y ya? –Preguntó con total normalidad, aunque, en realidad, ella misma no sabía si era capaz de dar información de si misma tan a la ligera.

-Te aseguro que, si no me das tu ADN y te desmiembran en batalla, por mi, quedarán sin el miembro que te corten, o morirás desangrado… -Susurró en su oido antes de reir suavemente. –A menos que los del 4to logren hacer algo por ti… –Recordó que había un escuadrón especializado en curación, sin embargo, no creía que alguno que no fuese el capitán, lograra reponer miembros del cuerpo.


-¿Seguro nada? Un sirviente mecánico, alguno de mis inventos, una novia linda y sexy que no se queje… ¡Por favor, Haru Minase! Algo debe haber, lo presiento… -Insistió, hasta que el Capitán besó su mano, cosa que la hizo sonreír con ternura, sólo que era indescifrable si ésta era falsa o verdadera. –A veces me pregunto si eres verdaderamente amable y tierno o sólo eres una maquinilla calculadora y observadora que hace todo para obtener algo a cambio…

Tranquila... me estás dando información ahora mismo... si me sirve o no, no puedo saberlo ahora-Le contestó manteniendo aquella sonrisa ante sus palabras. Impaciencia, era sin duda lo que estaba haciendo acto de presencia en la bella Capitana, y esas formas de reaccionar ya eran para Haru información valiosa sobre su personalidad y la forma en la que podía reaccionar ante los diferentes estímulos.

y descuida..., esa es simplemente la razón por la cual, no planeo ser desmembrado-Agregó encogiéndose levemente de hombros al sentir las palabras en su oido y observando a los ojos a la Capitana con una mirada algo más juguetona, manteniendo la seriedad pero como si jugase con sus respuestas y movimientos.

Ahí está tu error mi hermosa Capitana, no busco obtener algo a cambio, por lo que tampoco pienso dar algo a favor si no es necesario-sonrió observándole de reojo para volver a adoptar una expresión calmada-Por ahora no necesito nada..., agradezco tu interés, y si llego a necesitar algo te lo haré saber-Agregó dejando la frase en el aire, no, no cedería ante ninguna petición ni oferta, no era su estilo y no cambiaría de opinión, aunque le intrigaba y hasta le caía bien que Odeth se empeñara tanto en ello.

La joven Odeth sonrió, al parecer, complacida, y volvió a acariciarle el rostro al joven. Parecía que le trataba como a un niño pequeño que a penas comienza a conocer el mundo; claro que todo era a modo de juego, sabía perfectamente que el capitán podía ser lo que fuere, menos un niño desconocedor.

-Precioso, precioso… ¿Me consideras capaz de mostrar emociones que, en un futuro, me aten la soga al cuello? –Preguntó con aires de superioridad. No sabía exactamente qué estaba notando el Capitán, pero ella se conocía lo suficiente como para saber que no mostraría sus propias emociones a la ligera, menos con alguien como Haru, alguien de cuidado.

-Pero nunca se destacan las posibilidades, querido, es algo que he aprendido como científica. –Aseguró, refiriéndose a la posibilidad de que el capitán fuese desmembrado. Aunque, la verdad, dudaba inmensamente que ese tipo de cosas pudiesen pasarle al Jove Minase; pero nunca se sabía del todo. Cuando esa frase le venía a la mente su orgullo de científica se sentía abatido.

-¿Tanto desconfías de mi? –Preguntó, volviendo a su mirada inocente. Colocando ojitos de niño al que le roban los dulces. –Mh… te propongo algo, como yo sí confio en ti, también tomaré muestras de mi ADN, las analizaré, y te daré la información que obtenga… ¿quieres?

Su rostro permanecía calmado pero con aquella sutil sonrisa mientras se dejaba acariciar por la Capitana sin ningún tipo de reacción ante ello, escuchando cada una de sus respuestas con atención y observando cada movimiento por su parte.

Pues... ¿no estás ahora dándome información y mostrándome emociones?, me estás mostrando que ocultas emociones y pensamientos, formas de actuar precisamente para no exponerte, que eres cuidadosa sin dejar de mantener perfecta esa personalidad que muestras como presentación, ¿lo ves ahora?, todo es valioso-Sonrió observándole fijamente a los ojos, encogiéndose de hombros ante su posterior comentario, tampoco descartaba que pudiera ser desmembrado, si tenía que suceder iba a suceder, no creía necesario tener un respaldo simplemente por el temor de que suceda.

No es desconfianza Odeth, simplemente precausión-Agregó escuchando el resto de sus palabras y levantando levemente una ceja-Que tal esto... continúas con el resto de los Capitanes, yo observo tu trabajo con el ADN de ellos, sin tener que mostrarme tu el tuyo ni yo el mio, y luego vemos, ¿que dices?

Odeth, sin poder evitarlo, tomó ambas mejillas de Haru y las apretó levemente; parecía una de esas tías fastidiosas haciéndole cariños bruscos a sus sobrinos, aunque ella era delicada y precavida. –A veces eres un poco inocente… ¿te lo había dicho? –Le preguntó con ternura en la voz, ésta no era para nada falsa; el capitán realmente le inspiraba eso.

-Pero te quiero analizar a ti primero… -Dijo en voz baja como si fuera una niña caprichosa a punto de llorar por no obtener lo que quería. -¡Un contrato! ¡Te hago un contrato! –Ofreció, sin saber realmente qué más podía ofertar. –Arg… eso no. –Dijo luego, para, entonces, suspirar. –Y si hago eso que dices… ¿cuántas posibilidades hay de que me des tu ADN?

El rostro de Haru se tornó un poco más serio y levemente molesto con el gesto de la Capitana en sus mejillas, pero mantuvo la calma cuando dejó de hacerlo, sin reaccionar de ninguna forma hostil o repulsiva por el momento, ignorando su comentario por la misma razón.

¿Por qué razón, acaso soy especial?-Preguntó ladenado su rostro ante las palabras de Odeth de querer analizarlo a él primero, volviendo a prestar atención al escuchar lo del contrato, aunque esa idea de igual forma le parecía algo improvable.

Si haces eso que te digo, y nos convertimos por tanto socios por así decirlo, te daré las muestras que buscas y además una muestra pura de mi reiatsu....-Dijo en tono calmado, en contradicción un poco con lo que había estado diciendo hasta ahora pero una pequeña idea había recorrido su mente.

Odeth no dejaba de mirarlo con sus ojos analíticos y curiosos. Haru era, indiscutiblemente, extraño. Realmente ella misma no sabía por qué quería analizarlo de primero, pero sentía que le vibraba la sangre con todo lo que podría encontrar al analizarlo…

-¿Sinceramente? No lo sé. –Aseguró, encogiéndose de hombros, para luego acomodarse unos cuantos cabellos castaños que caían por su rostro, adornándolo. Luego escuchó lo último que tenía para decir el joven. Era extraño que él le propusiera algo así, de esa magnitud… ¿Una muestra pura de reiatsu? ¿Totalmente pura? Algo extraño ocurría, algo planeaba, de eso estaba totalmente segura la joven. Iba a seguir la conversación, también intentaría sacarle información sobre qué tenía planeado, pero justo en ese instante algo les interrumpió y maldijo por dentro, odiaba, detestaba, ser interrumpida.

-Con que nos invaden… creo que molestarte quedará para luego, queridísimo Haru. Vamos. –Finalizó la conversación, y antes de que Haru pudiese hacer o decir algo, la joven desapareció con un Shumpo, yendo hasta el primer escuadrón.

[off-rol: minipooooooooost]

Haru permaneció inmóvil en su posición, escuchando las palabras de Odeth y observando cada una de sus acciones con detalle, pero antes de que esta pudiera acabar de responderle, un mensaje por parte de la Capitana Nyu del cuarto escuadrón llegó a su mente mediante el bakudou 74.

Al parecer algo malo sucedía, invasión?... como es que él no había podido sentir el reiatsu extraño?... en fin... Tenían que dirigirse al primer escuadrón, por lo que apenas Haru vio como Odeth desaparecía de un shunpo hizo lo mismo sin perder el menor tiempo.