-Ohh. Mí cabeza.- Dije mientras me llevaba la mano a la cara. Abrí los ojos lentamente y ví que me encontraba acostado en una cama. Intenté levantarme como pude, pero solo conseguí ponerme sentado. Me fijé que al lado de la cama había una espda de gran tamaño. En ese instante vinieron a mí cabeza imagenes de lo que me había pasado... a mí... y a mí hermano.
-Hermano... - Comenzáron a caer lagrimas por mis mejillas. Yo había tenido la culpa, toda la culpa. En ese momento, y por tan solo un instante, me pareció ver la figura de un lobo de color azul que pasaba por delante de la puerta. Intenté levantarme, pero solo conseguí caer al suelo con un brusco y sonoro golpe.